El proceso y el esplendor del acercamiento al Creador — Terumá 5782

El primer día de nuestra semana, encontrándome yo procurando expresar a un grupo de estudio de Torá las ideas principales del inicio de la Parashá de Terumá, HaShem me inspiró a establecer una relación entre las 3 últimas Lecturas –YITRÓ, MISHPATIM, TERUMÁ– y el paradigma general de 3 etapas del Ba’al Shem Tov sobre todo proceso que se produce en la realidad –HAJNAÀ (SUMISIÓN), HAVDALÁ (DISTINCIÓN), HAMTAKÁ (DULCIFICACIÓN)–, de tal forma que tenemos la siguiente correspondencia:

YITRÓ –> HAKHNAÁ [הַכנָעָה]

MISHPATIM –> HAVDALÁ [הַבדָלָה]

TERUMÁ –> HAMTAKÁ [הַמתָקָה]

Entremos a continuación a realizar la descripción de cada ítem con detalle.

YITRÓ: El hecho más destacado de esta parashá, como todos sabemos, es la Entrega de la Torá por parte de HaShem a los israelitas, y el aspecto que expresa la idea de HAJNAÁ en esta Lectura se vincula totalmente con tal Entrega: según un midrash (Talmud; Shabbat 88a), la Torá, en aquella instancia inicial, fue forzada sobre Israel, al que HaShem “le puso la montaña encima”, denotando que allí se definía un “todo o nada”: “si lo aceptan, bien; si no, ésta será su tumba” (Ibíd.) La connotación de SUMISIÓN o SOMETIMIENTO es muy clara. De tal forma que no es de extrañar la sobria asunción del yugo de la Torá que recoge el siguiente pasaje de Yitró:

“Y todo el Pueblo respondió al unísono, y dijo: ‘Todo lo que el Eterno ha dicho, lo haremos‘.”

Éxodo 19:8

Sí: “lo haremos“. Porque un espíritu que muestra SUMISIÓN, la plasma definitivamente en la ACCIÓN, la vestimenta del alma más visceral y externa, como de hecho una gran conexión con lo visceral y palpable tiene la SUMISIÓN.

MIXPATIM: Esta parashá, en gran parte, es un despliegue bastante detallado de leyes, en que con frecuencia se dilucidan resoluciones legales sobre situaciones conflictivas. En la Lectura se procura, pues, una HAVDALÁ, una DISTINCIÓN o clasificación (y clarificación) de criterios para el buen regimiento de la sociedad israelita; y también una DISTINCIÓN también clara entre la sociedad pre-sinaítica y la sociedad judía (pero también humana) de después de la Revelación Nacional, que SEPARA la tipología de sociedad utilitarista y amoral ejemplificada por el Código de Hammurabi de la sociedad compasiva y moral delineada por la Torá. Esta distinción civilizacional es patente con leyes como la siguiente:

“No seguirás a una multitud para hacer el mal; ni darás testimonio en una causa para subvertirla siguiendo a una multitud para pervertir a la justicia; ni favorecerás a un hombre pobre en su causa.”

23:2, 3

Desmenucémosla brevemente.

La primera parte, la que nos habla de no seguir ciegamente a la multitud, es una defensa de una causa justa del débil frente a una parte fuerte dispuesta a subvertir la ley utilizando el pseudoargumento de “la ley del más fuerte” .

Y la segunda, la que nos habla de no favorecer injustamente al hombre pobre, es la defensa de la justicia justa a pesar de la tentación de aplicar una pervertida “compasión” a favor de ese pobre.

Precisamente, muchas sociedades que se han jactado de ser “fuertes” han abusado sistemáticamente contra los débiles por el mero hecho de ser débiles, creando sociedades humanamente estériles; y otras sociedades que se han colgado la medalla de ser “progresistas” han comprado la voluntad del hombre pobre favoreciéndolo con el gancho de preventas y triquiñuelas legales diversas, carcomiendo así de raíz la estructura moral de la sociedad.

En el modelo de la Torá, la defensa de la Justicia justa, no desviándose ni a derecha ni a izquierda, ni en letra ni en espíritu, prevalece. Y la clave que define lo que prevalece en esta fase de DISTINCIÓN es la PALABRA, la vestimenta del alma que conecta lo externo, la plasmación de la letra de la Ley, con lo interno, el espíritu de la Ley.

TERUMÁ: la idea de que esta Lectura encapsula HAMTAKÁ la extraemos de la palabra que da nombre a la parashá y lo que este concepto comporta. La TERUMÁ fue la CONTRIBUCIÓN voluntaria de materiales que los israelitas ofrendamos para construir el Mishkán, el Tabernáculo, (Santuario móvil) dedicado al Servicio del Creador. El esfuerzo de entrega a HaShem hecho por el Pueblo tuvo un retorno encantador: el Creador a Su vez respondió y Su Presencia se hizo “palpable” –palmariamente perceptible– en el Mishkán. El mecanismo de Revelación de la Shejiná, la Presencia Móvil del Creador, en el seno del Pueblo nos la recoge el siguiente versículo:

“Y Me harán un Santuario, para que Yo resida en medio de ellos.”

25:8

Es decir, esta Residencia del Creador en el seno del Pueblo, de hecho en los corazones de cada uno de los integrantes del Pueblo judío, resulta del acto de entrega incondicional al Creador que representa la TERUMÁ, y produce un estado de gozo y plenitud emocional y espiritual que puede definirse como DULCIFICACIÓN de la experiencia Humana. Una experiencia que se reprodujo en el Primer Beit HaMikdash de Yerushalayim, y que beezrat HaShem, se reproducirá de manera definitiva en el Tercer Beit HaMikdash.

Esta sección correspondiente a Terumá es estrechamente vinculable al PENSAMIENTO: es a través de este PENSAMIENTO que la experiencia del estudio de Torá en la Sinagoga o Kolel, la oración reglada en la Sinagoga, o la meditación más o menos improvisada allí donde nos encontremos, toman la fuerza definitiva que nos permite percibir (y deleitarnos en) la Divinidad, plasmándola, Baruj HaShem, como nuestra cotidiana realidad, de la que el PENSAMIENTO elevado, conectado holísticamente con sensación, emoción e intuición, es el más rarificado resultado, y de ahí el proceso de DULCIFICACIÓN del que hemos hablado.

Que el Eterno nos acompañe, individual y nacionalmente, a lo largo de todo el proceso que comienza por SOMETIMIENTO a Su Voluntad (recogido por la Lectura de Yitró), continúa con la etapa de DISTINCIÓN (encapsulada por las leyes de Mishpatim), y llega a la resultante DULCIFICACIÓN (plasmada en Terumá), para completar nuestro cometido personal y colectivo, y que sea pronto y en nuestros días; Amén, ken yehí Ratzón [אמן, כן יהי רצון].

Shabbat Shalom 🍓🕎🕊️ שבת שלום

Jaím Yehudá, menTORAje

¿Cómo llegar a sentir cercanía con el Creador? Maneras adecuadas son: por medio del PENSAMIENTO que se desarrolla en el Estudio de Torá, la PALABRA recitada durante la TEFILÁ, o con la ACCIÓN del Kótel ir a visitar.

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